Magic Moments

Por V.Q.

Publicamos el CUARTO texto que hemos recibido en la muestra de relatos cortos ‘Desconfinando la lucha’,

Mañana de lunes y regusto a café. Preparada para irse, besa en la frente a su madre tendida en la cama.

Las oficinas donde trabaja distan a diez minutos o “tres canciones”. Le gusta medir el paso del tiempo en canciones.
El día era soleadamente frío. Delicioso para caminar. Antes de entrar en el edificio, inspira hondo y piensa “¡Al tajo!”.

Esperando al ascensor, intenta recordar qué soñó anoche. Mientras es elevada a la planta decimoquinta, suena esa canción. Siempre coincide con su hora de llegada. ¿De quién será? Un silbido al inicio, un tono alegre y cadencioso. Le transmite un sentimiento positivo. Música de ascensor. Sin más.
Al ser en inglés solo sabe cantar “Maaagic moooments…”. Silba o tararea el resto. Cuando llega a su planta, saliendo del ascensor, se encuentra de bruces con el encargado.

-¡Kina!, buenos días. ¿Cómo te encuentras hoy? Te noto contenta.- Pregunta afablemente.

– Buenos días Sancho. Sí, me encuentro bien. Hace un bonito día.

– Oye, ¿Cómo vas del esguince? Aunque estés de alta, ya sabes que si notas molestias o lo que sea, puedes parar e ir a la sala de descanso o a que te revise el médico. Por cierto, ¿Cómo va tu madre?

– La muñeca está bien, queda alguna molestia residual pero nada que me impida trabajar. Agradezco tu atención. Mi madre, va mejor… Acompañarla por las tardes mientras mi hermana va a estudiar, es un desahogo.

– Me alegro Kina. Ese es uno de los beneficios de la reducción de jornada. Bueno, no te entretengo más. ¡Ah! Te veo luego a las doce. Tenemos la reunión de planificación del próximo mes y hablar sobre qué situación estáis atravesando cada una.

– De acuerdo. Hasta luego Sancho.

Kina se marchó a…

-¡Alto! Para de escribir.

– ¡¿Hola?! ¿Quién eres?

-¡Quien coño va a ser! Kina, tu protagonista. Menudo merengue laboral ¡Vaya tela! No tienes ni idea…

– Perdona, no te entiendo. ¿Qué es lo que pasa?

– Siento comunicarte que no estás dando ni una. Para empezar ¿Quién se puede alegrar de que sea lunes y salir a la calle para ir a currar con un frío del carajo? Y luego eso de que el trabajo me queda a “tres canciones”. Vomito.
Bueno, pero el colmo, lo que no tiene credibilidad alguna, es que el imbécil ese de Sancho me diga buenos días y me hable con respeto y sin mirarme las tetas. Ese diálogo más bien sería…

– Kina, ¿Todavía sin el uniforme? Joder, ponte a trabajar de una puñetera vez.

– ¡Oye que estoy en hora! Buenos días para ti también, capullo.

– ¿Qué dices? Por lista, vas a limpiar los ventanales. Y no me vengas con que te molesta la muñeca. Si estás de alta, a currar. ¡Ah! hoy te quedas hasta las siete.

– Sancho, hoy no puedo. Mi hermana tiene clase y tengo que cuidar de mi madre. Te lo dije ayer.

– Mira bonita, me da igual. Si te vas antes de esa hora, no vuelvas mañana.

Y con la rabia enganchada a las tripas, me iría a poner el uniforme y no iría silbando ni tarareando “Magic moments”, sino maldiciendo a ese energúmeno. Se cree que va a heredar la empresa tratándonos así… Capullo…

– Entiendo Kina ¿Qué quieres hacer?

– ¿Puedo hacer lo que quiera?

– Sí. Tienes ciento y pico palabras.

– Suficientes…

Era lunes. Hacía un frío del carajo. Besé a mi madre y me fui. Trabajo en la otra punta de la ciudad en un complejo de oficinas. Soy limpiadora. Después de un trayecto de casi una hora en bus y metro, llegué a tiempo.
Como no… Ahí estaba Sancho el encargado, controlando mi hora de entrada.

Tras una desagradable conversación me dijo “Sales a las siete”. Hoy no podía. Él lo sabía de sobra. Luego entró en el baño a echar más mierda.

No dudé. Atranqué la puerta del baño. Encendí una cerilla y la arrojé sutilmente a la papelera más cercana.
Fuego en la oficina. Bajando las escaleras alguien preguntó “¿Y Sancho?”. Silencio.

En el recuento estábamos todas, incluido Sancho, mareado y con los pantalones caídos… Su cara lo mejor. Y silbo.

Las manos de Antonia

Por Ana Vázquez (migasenlamesa.com)

Publicamos el TERCER texto que hemos recibido en la muestra de relatos cortos ‘Desconfinando la lucha’,

Las manos de Antonia tienen los dedos largos y huesudos, y la piel forma pequeñas arrugas allí donde comienzan las articulaciones y el dolor. Tienen las uñas muy cortitas y un poco mordidas. Sus manos menudas, con callos bajo las palmas y las muñecas ligeramente torcidas allí donde duelen, aplauden todas las tardes a las ocho en punto.

Cuando Antonia era pequeña, la maestra pensaba que tenía dedos de pianista. Su padre le decía que tenía manos de algodón, y ella se reía porque el algodón que recogía su abuelo para los patrones no tenía manos, ni dedos, ni tampoco tenía pies.

Tras los aplausos, Antonia se sienta un rato. Hay varias cartas sobre la mesita, y un papelito con un mapa. Abrir cartas le cuesta y a veces las deja apilarse fingiendo que no las ve, hasta que un día las cartas le miran tan fuerte que no puede ignorarlas. Abre el primer sobre. Sus dedos sujetan un papel lleno de palabras. Dicen que debe dos meses de alquiler. La siguiente es una factura de la luz. Antonia no entiende las facturas, qué son término de potencia y consumo, donde pone eso en su contador para que ella sepa cuánto puede gastar. Sigue abriendo cartas hasta que se acaban, y llora.

Antonia nunca fue pianista. Cuando salió del colegio se hizo lavandera. De rodillas en la fuente, estrujaba la ropa de otros entre sus dedos, la frotaba con jabón de castilla y aclaraba camisas, calzones y enaguas que a diferencia de sus manos, sí eran de algodón.

La tele dice que van a dar ayudas a la gente. Dicen cosas como virus, ERTE, cuotas de autónomo. De lo que entiende, solo sabe que se ha quedado al margen. Sin contrato, sin poder pagar autónomos, sin derechos. Una vez más, siente que flota en la última capa de la vida, esa donde nada llega porque todo se acaba mucho antes.

Apaga la televisión, cena dos galletas y se acuesta.

Fue con diecisiete años cuando en un camino a oscuras, su mano rozó otra mano, en un descuido fingido, que erizó su pelo bajo la nuca. Se puso roja y salió corriendo. Se casó con Agustín dos años después. Cuando migraron a la ciudad, Antonia siguió lavando ropa en las casas de los barrios bien. Aprendió a cocinar, planchar blusas de seda, sacar brillo al mármol y poner biberones de leche de fórmula.

Cuando se despierta, abre las persianas y la nevera. Encuentra luz y poco más. Hace café, y come una naranja; no queda mucha comida. Piensa qué diría Agustín si estuviera con ella. No pasa un sólo día que no piense en el accidente en la obra, la corona de flores tan bonita que le mandaron, los papeles que por error no estaban presentados, el arnés que nunca apareció y ningún seguro se hace cargo de nada. En su mísera pensión de viudedad.

Las manos de Antonia, esas manos que aplauden cada día, hace dos meses que no trabajan para otros.

Tampoco llevan a casa el sustento para la vida. Antonia no sabe qué es el virus ese del que habla la tele, pero desde que llegó, se ha empezado a llevar su vida. Sus jefes le pidieron que no volviera durante un tiempo. Con su pensión llena a medias la nevera y compra los medicamentos más importantes, no todos. Tampoco sabe cuánto va a durar, qué siente uno cuando se contagia y si contagiarse puede ser peor que esto.

Antonia nunca ha pensado en ellas, pero sus manos huesudas y pequeñas con dedos de pianista, han trabajado toda la vida para los demás. No han firmado ningún contrato, ni llegado más allá de cocinas y baños ajenos.

Han cuidado de quienes ahora la desechan como un servicio prescindible, y olvidan esas manos que les sostuvieron.

Las manos de Antonia encontraron hace días entre sus cosas un papelito que le hizo pensar. Dice “Vecinos en lucha”. Ella no entiende muy bien qué significa, pero habla de despensa solidaria, de inquilinos precarios, de derechos. Hay un pequeño mapa dibujado y una cita.

No sabe que va a encontrarse, pero Antonia cree que nunca es tarde para obtener una respuesta.

Jorge, de #Los5DeUsera, ha sido absuelto.

ABSUELTO! La Audiencia Provincial estima el recurso. Reconoce que no había pruebas para la condena. La lucha por el derecho a la vivienda sigue. La represión no detiene nuestra voluntad de construir un mundo más justo. IM-PAH-RABLES.

Esta mañana conocíamos la decisión de la Audiencia Provincial de absolver a nuestro compañero Jorge Arana y anular la sentencia del juzgado de lo penal n.º 13 de Madrid que lo había condenado, junto al resto de #Los5DeUsera, a dos meses de cárcel-multa “como autores penalmente responsables de un delito de resistencia a agente de la autoridad”. La Audiencia Provincial reconoce que no había pruebas para la condena.

Esta absolución puede ser recurrida, pero el abogado de Jorge piensa que es poco probable que la fiscalía lo haga.

“La versión de la acusación es un disparate carente de sentido”

“La versión de la acusación es un disparate carente de sentido. Si hubiera una condena sería escandaloso e inadmisible”. Con esta afirmación contundente ya había dejado claro Jorge Aranda, vecino de Carabanchel, su visión del juicio al que se enfrentó en septiembre de 2019, como uno de #Los5DeUsera, por participar en un intento de paralización de un desahucio. Así que no era soprendente que este activista social miembro de la Asamblea Popular de Carabanchel hubiera presentado el pasado diciembre presentar un recurso contra la sentencia del juzgado de lo penal n.º 13 de Madrid que lo condenaba, junto al resto de #Los5DeUsera, a dos meses de cárcel-multa por un delito de “resistencia a agente de la autoridad”.

Los hechos juzgados se remontan al 27 de junio de 2014 cuando, en el madrileño distrito de Usera, un fuerte despliegue policial ejecutó el desahucio de una familia de cinco personas, tres de ellas menores de edad. Fue un lanzamiento especialmente dramático pues el más pequeño de la familia desahuciada era un bebé de apenas 21 días de vida. Tras una carga policial contra las personas que protestaban e intentaban parar el desahucio, fueron detenidos seis activistas, de los que finalmente cinco han sido acusados y llevados a juicio. Entre estos acusados, se encuentra Jorge Aranda, vecino de Carabanchel.

Más información en:

¡¡Empieza el baile!!

Por Turko

Publicamos el segundo texto que hemos recibido en la muestra de relatos cortos ‘Desconfinando la lucha’,

Quedan 5 minutos para las 00:00. Va empezar la huelga… Después de muchos abusos patronales, por fin las compañeras dijimos basta. Años y años de horas extras impagadas, coacciones, malos gestos, prepotencia…. Pero eso se acabó. Tras múltiples y largas asambleas estamos más empoderadas que nunca. Las compas toman conciencia. El trabajo de base de la sección sindical da sus frutos y eso hace sentir una especie de orgullo. La patronal, por su parte, ha llamado a sus perros. Maderos con un aire arrogante que te hace vomitar del asco. Quieren proteger a los esquiroles. Vienen bien pertrechados, como siempre. Me viene la imagen de esa película de finales de los 80. ¿Robocop se llamaba? Un sudor frio recorre mi cuerpo, se me seca la boca y me entra el miedo. Miro a mi derecha y veo a mi compa Fer alias “Tocho”. El apodo está muy bien traído. Hombre atlético con unas espaldas que se podría jugar al frontón. En un flashback, recuerdo como en la manifestación de la huelga general de marzo del 2012, ya en los disturbios, me saca en volandas después de recibir un porrazo en toda la cabeza de aquel madero. Entre la sangre cayendo por mi cara, veo al Tocho pegando una patada al antidisturbios en el costado, desplazándolo 2 metros y derribándolo. Me coge con un brazo al hombro y me saca de allí. Estar a su lado me da tranquilidad. Enseguida recobro la confianza. En la línea de enfrente se oyen voces, nos adelantamos a ver qué pasa. Ya está la Noe dando caña. A pesar de no trabajar en esta empresa, el concepto de solidaridad entre la clase obrera lo tiene más que claro. Cuantos kilómetros recorridos con ella para apoyar a compañeras de otras latitudes. Su energía es solo comparable a su bondad. Junto a ellas, la Noe y el Tocho, me afianzo en mis convicciones. Si, definitivamente este es el lugar donde quiero estar. Si, junto a mis compañeras. Si, luchando por la dignidad de nuestra clase. La algarada va en aumento. Empiezan a llegar los primeros esquiroles, contratados ad hoc para reventar la huelga. Empujones, forcejeos. El antidisturbio en su afán por proteger a esa escoria esquirol, se extralimita y le da un bofetón a la compa que sujeta la pancarta. Hasta aquí hemos llegado. Los maderos se preparan para cargar. Lanzan un bote de humo… ¡¡¡Empieza el baile!!!

Un grupo de trabajadores de Sidenor, en Basauri (Vizcaya), permanece como piquete informativo a la entrada de la planta durante la jornada de huelga general convocada por los sindicatos en protesta por la reforma laboral aprobada por el Gobierno
Un grupo de trabajadores de Sidenor, en Basauri (Vizcaya), permanece como piquete informativo a la entrada de la planta durante la jornada de huelga. Marzo 2012.

¿Qué es un ERTE? Videos para entenderlo

Según datos oficiales hay actualmente unos 3,4 millones de trabajadoras y trabajadores afectados por ERTE. Con la situación extraordinaria en que nos encontramos, se abre una gran incertidumbre y pueden surgirnos muchas dudas sobre nuestros derechos, por eso desde el grupo de AutoDEfensaLAboral (ADELA) de la APC seguimos apostando por la formación para poder defendernos de los abusos laborales. En esta ocasión hemos preparado estos cuatro videos que esperamos nos ayuden a entender qué es un ERTE sus causas, sus consecuencias y las dudas más frecuentes.

¿Los ERTEs, qué son? Son una suspensión temporal del contrato de trabajo pero también puede hacerse una reducción de jornada (con la correspondiente reducción del salario) por fuerza mayor que debe acreditarse.
Según la normativa vigente con motivo de COVID-19 los hay de dos tipos: el primero, causas de fuerza mayor, que serán procedimientos en manos de la empresa y la administración pública, no existiendo intervención del sindicato. La empresa deberá dar traslado de la decisión a la representación de las trabajadoras y trabajadores y a la autoridad laboral, surtiendo efectos desde la fecha del hecho causante alegado como de fuerza mayor, con efecto retroactivo.
El segundo tipo son los ERTEs que se deben negociar con los sindicatos y que guardan relación con el COVID-19. Pero de este caso no vamos tratarlo aquí y os remitimos a guías elaboradas por los diferentes sindicatos combativos donde se explica con más detalle.

¿Qué provoca un ERTE?

El Real Decreto publicado el 18 de marzo, varía la normativa vigente sobre los ERTEs. Pueden ser provocados por causas de fuerza mayor que deben ser demostrables, sin necesidad de que haya negociación colectiva. O bien por causas técnicas, económicas, organizativas y de la producción relacionadas con COVID-19, y aquí si habría que darse la negocación con la representación de las trabajadoras y trabajadores y sindicatos. En este contexto son muchas las empresas que se están aprovechando de la situación desde el comienzo de la pandemia realizando despidos, obligando a cogerse vacaciones, reducciones de jornada, entre otras acciones explotadoras. Quienes sufrimos las mayores consecuencias somos quienes pertenecemos a la clase trabajadora.
Por eso, si en tu empresa se produce un ERTE, infórmate, habla con tus compañeras y compañeros de trabajo y con los sindicatos que te generen confianza o que estén presentes en tu empresa, para plantear acciones conjuntas y compartir información.

Consecuencias de los ERTEs

Nuestra vida laboral se ha visto muy afectada por esta pandemia, tanto en lo que se refiere a los numerosos despidos y suspensiones de contratos de trabajo, como al desafío que plantea, en aquellas empresas que mantengan su actividad, adaptar la gestión de la prevención de riesgos laborales a la amenaza de contagio por Covid-19.
Estas son las principales consecuencias para ti:

  • Decae la obligación de trabajar,
  • No se percibe salario,
  • No ve perjudicado el derecho a obtener pagas extras ni vacaciones ya consolidadas.
  • Durante el periodo de suspensión no se generan vacaciones.
  • Al NO extinguirse la relación laboral NO hay derecho a obtener una indemnización.

La suspensión no implica pérdida de derechos y se tiene reserva de puesto de trabajo en las mismas condiciones cuando cese la causa. También se mantienen los pactos individuales entre empleador y trabajadora o trabajador.

Es importante saber que en cualquiera de los ERTEs regulados actualmente, puedes cobrar el desempleo aunque no tengas la cotización mínima exigida para el cobro de la prestación y no te restará días al desempleo acumulado, además de que este período te computará a efectos de antigüedad.
Por último, la legislación vigente motivada por el COVID-19 contempla el compromiso de la empresa de mantener el empleo durante el plazo de seis meses desde la fecha de reanudación de la actividad para los ERTEs por causa de fuerza mayor.

Preguntas Frecuentes

Hay algunas dudas que todo el mundo tenemos sobre los ERTEs, aquí intentamos resolver las más frecuentes:

¿Es el coronavirus causa de fuerza mayor?
Como consecuencia del riesgo que entraña el contagio del Covid-19, las distintas administraciones están adoptando diferentes medidas que afectan a las relaciones laborales. Esta situación puede ser de Fuerza Mayor pero deberá ser valorado por la autoridad laboral, que es la que debe aprobar los ERTEs que quieran acogerse a este supuesto.

¿Cuales serán mis ingresos mientras se mantenga el ERTE?
Pasaremos a cobrar prestación por desempleo, cuya cuantía será el 70% del promedio de la base de cotización de los últimos 6 meses. Esta prestación no consume el paro que la persona hubiese generado hasta este momento, ni se exige tener cotizado el mínimo exigido en circunstancias normales para tener derecho a esta prestación.

¿Cuándo puedo solicitar el desempleo?
Se puede solicitar cuando el ERTE suspenda el contrato o reduzca la jornada y se puede solictar desde el día siguiente al comienzo del ERTE o la comunicación del mismo y el plazo es de 15 días hábiles. Hay que estar inscrita previamente como demandante de empleo, y si aún no se está, desde el siguiente enlace podemos realizarlo telemáticamente (https://www.comunidad.madrid/tramites-rapidos-desempleo/).
Mientras duren las medidas de confinamiento y cierre de oficinas del SEPE, se suspenderán los plazos de solicitud o reanudación de la prestación o el subsidio, estos se realizarán de forma automática. (No obstante, se recomienda comprobar vía telemática que estos trámites están efectivamente realizados).

¿Genero vacaciones durante la suspensión?
Durante el período que dure el ERTE, no se genera derecho a vacaciones pero no se pierden las ya acumuladas.

¿Tienen que darme de baja en la Seguridad Social durante el ERTE?
Al no haberse roto la relación laboral, sino solamente suspendido, la empresa no tiene que darnos de baja en la Seguridad Social.

¿Cómo me afecta un ERTE estando de baja laboral por incapacidad temporal, maternidad o paternidad? ¿Y si la baja es posterior al inicio del ERTE?
Si se aplica un ERTE mientras nos encontramos en alguna de estas situaciones, no nos afectan las medidas hasta tener el alta médica o finalizar el tiempo de permiso por recién nacido.
Si durante la vigencia del ERTE sobreviene una enfermedad, se puede pedir baja médica, y el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) por delegación del INSS (Instituto Nacional de la Seguridad Social) abonará la prestación, de cuantía igual al paro, con el correspondiente consumo de días de prestación.
Si durante el ERTE se tiene un bebé, se empezará a cobrar la prestación de maternidad o paternidad, gestionada directamente por el INSS, y finalizado el período de esta prestación, se reanudará la prestación por desempleo durante el tiempo que quedara por percibir y la cuantía correspondiente al momento de la suspensión.

Si estoy en excedencia por cuidado de hija o hijo menor de 3 años ¿Cómo me afecta el ERTE?
Esta situación es uno de los supuestos que la legislación laboral contempla como causa de suspensión del contrato de trabajo. Por lo tanto, seguiremos de excedencia y cuando finalice este período pasaremos a estar afectadas por las medidas del ERTE.

¿Me pueden despedir estando de ERTE?
Para que la empresa pueda despedirnos durante los efectos de un ERTE:
Por causas objetivas: tendría que acreditar que las causas que han motivado el ERTE se han agravado o que existen nuevas causas.
Por fuerza mayor: tendría que acreditar causas objetivas o disciplinarias que lo motiven.
En el caso particular de la epidemia de Covid-19, se establece que las medidas extraordinarias previstas estarán asociadas al compromiso de la empresa de mantener el empleo a sus trabajadoras durante los seis meses siguientes a la fecha de reanudación de la actividad. Esta disposición será de aplicación para los ERTEs por fuerza mayor, y el compromiso de no despedir no implica que el empresario no pueda despedirnos, simplemente que tendría que pagar la indemnización correspondiente al despido improcedente y asumir el pago de los descuentos en las cotizaciones a los que hubiese estado acogido durante el estado de alarma.

¿Qué ocurre con las subrogaciones?
Si antes de aplicar ERTE por fuerza mayor, se estuviera procediendo a un cambio de contrata que implicase la subrogación de plantilla por convenio colectivo, la nueva empresa deberá respetar todas las condiciones laborales que había antes del ERTE. Si no las mantuviese, se podrá demandar por modificación sustancial de las condiciones de trabajo en el plazo de 20 días hábiles desde la subrogación. Y si la nueva empresa no te subroga, se podrá demandar el despido en el plazo de 20 días hábiles desde el día en el que debería haberse hecho efectiva la subrogación.

‘No quiero que te exploten’

Por Sonia (@NoniR)

Publicamos el primer texto que hemos recibido en la muestra de relatos cortos ‘Desconfinando la lucha’,

Ni a ti, ni a nadie. Pero a ti menos que a nadie. Y es que no me había dado cuenta de que ya te has hecho adulto y comienzas a dar los mismos pasos que el resto de la humanidad. Estudias sin saber si realmente te gusta, si has elegido bien, si te motiva, si te entretiene, si te hace crecer, si va a servir para algo… Te enfrentas al reto de desenmarañar las incoherencias del sistema educativo y las tuyas propias. Quién sabe cuál de las dos son más complicadas.

Mientras tanto, se te ocurre que no estaría de más lanzarte al abismo de la búsqueda de empleo. Esclavitud a cambio de una nómina. Y comienzas a currar de media jornada, a veces sin contrato, otras con contrato pero sin tener muy claras tus condiciones, sin saber cuánto vas a cobrar. Otras veces en prácticas, que ahora trabajar gratis se lleva mucho… Pero todo esto es porque estás estudiando, todo esto es temporal y tú aspiras a mucho más. Todo esto es porque eres joven y tu fuerza de trabajo no vale a penas nada. Cuando obtengas tu título conseguirás un empleo “serio y digno”, pero ahora lo que toca es comer mierda.

No quiero que te exploten, hermano. Ni a ti ni a nadie. Pero a ti menos que a nadie. Y es que no me había dado cuenta de que, mientras estoy embutida en la lucha, en mi propio empleo, en mis asambleas, en mi sindicato, en mi búsqueda de la felicidad tratando de cambiar las cosas, no consigo hacer que tú te libres de esto. Y de repente te he visto inmerso en el mismo camino que el resto de los mortales. Y ahí, llamadme melodramática, pero ahí, algo se me ha roto. Te observo en escena, sin poder interactuar contigo, te veo a lo lejos y de cerca y no puedo impedir casi nada de lo que va a sucederte.

Dibujo de Lumpen

Te veo y me veo, nos veo a los dos. Y me recuerdo en mi primer trabajo de ETT donde no me dieron de alta en la Seguridad Social, en mi segundo trabajo donde me dieron una falda prieta y agujereada para atraer a la clientela (en unos cines, no penséis mal), en mi tercer trabajo donde se me negaba cualquier ascenso a pesar de cumplir con mis objetivos porque mi pareja era sindicalista, en mi cuarto trabajo donde tenía que vestir elegante pero cobraba 400 euros al mes, en el quinto donde no supe reconocer el abuso de una extensa jornada laboral porque tenía ilusión, porque había conseguido un trabajo de lo mío. Y así no sé si quiero verte a ti.

No quiero que te exploten. Quiero verte peleando, quiero verte rodeado de gente que lucha, de apoyo y compañerismo. Quiero verte con interés por conocer tus derechos, quiero verte conquistándolos, reclamándolos, propagándolos… Quiero verte con esperanza, con fuerza e ilusión, con respeto a los sufrimientos ajenos, con voluntad de crear unión. Quiero verte feliz o intentándolo todo el tiempo. No quiero que te exploten.

Quiero verte, te veo y me veo. No me apartes la mirada. 

Este sábado, reflexión compartida sobre ‘La doctrina del shock’ de Naomi Klein

La pandemia y el estado de alarma ha sacudida la normalidad de nuestras vidas. Ha supuesto un cambio enorme que lo ha condicionado todo. Nos ha afectado sobremanera a toda la sociedad a la vez. Miles de muertos, imágenes de ataúdes, de personas equipadas con EPIS, el ejército desplegado en los espacios públicos, millones de personas que se han quedado en paro. Fuera de toda duda esta pandemia ha sido un schock. En este contexto hemos visto al gobierno de la Comunidad de Madrid cerrar decenas de comedores escolares y darle contrato a una multinacional de la comida basura. Hemos visto también que la contratación de personal sanitario ha pasado a hacerse por ETT. También ha pedido cambiar la ley para favorecer aún más, los pelotazos urbanísticos En ese sentido además las medidas propuestas por la CEOE para «afrontar la crisis» son una receta acabada para despojar de derechos a trabajadores y trabajadoras, expoliar y saquear para garantizar aumentar sus beneficios económicos y su poder.

No hemos podido evitar que estas propuestas nos evoquen y nos recuerden el libro «La doctrina el Schock» de la canadiense Naoimy Klein. El golpe de estado de Pinochet, el 11S, El huracán Katrina, las crisis económicas y un largo etc. En esta obra se explica y ejemplifica muy bien como la estructura de poder ha usado estos schok, naturales o generados por esa misma estructura de poder, para aplicar un paquete de medidas antisociales que en otro contexto no serías admitidas y generarían un rechazo social mayor. Creemos que la pandemia ha puesto de máxima actualidad esta obra. Y queríamos ponerla en común y sacar las enseñanzas pertinentes de esta obra. Seguimos apostando por la socialización del conocimiento y por la generación de un ocio enriquecedor y edificante, que además sirva para construir una sociedad mejor y no una sociedad peor.

Si no te has leído el libro te recomendamos que veas ‘La doctrina del shock’, una película documental estrenada en 2009, basada en el libro homónimo de Naomi Klein, dirigida por Michael Winterbottom y Mat Whitecross.

Ahora más que nunca: apoya la Despensa Solidaria de Carabanchel, apoya la solidaridad

Desde que comenzó el estado de alarma y el confinamiento para frenar la epidemia de COVID-19 la Despensa Solidaria de Carabanchel ha pasado de atender a siete familias a cincuenta, y subiendo. Y de repartir un día a la semana a hacerlo dos. Ocurre lo mismo en otras iniciativas de este tipo que se han abierto desde el apoyo mutuo y la autogestión en muchos barrios de Madrid. Gracias a la aportación de familias, comercios de barrio, bares y restaurantes ahora cerrados, colectivos de trabajadorxs, grupos de consumo y asociaciones vecinales componemos dos cestas semanales con alimentos y otras necesidades básicas asociadas a la limpieza personal y del hogar.

Pero insistimos, es insuficiente porque el impacto de esta crisis sanitaria provocada por la COVID-19 tiene y tendrá una repercusión social tremenda que afectará aún más, como todas las crisis capitalistas, a las familias más vulnerables.

Y por supuesto, pedimos que se intensifiquen las medidas para que en cada casa con familias más vulnerables haya un ingreso mínimo asegurado, que se suspendan el pago de hipotecas y alquileres, que se generalicen los bonos sociales de transporte, luz, agua y gas y que se regularice la situación de personas migrantes para que puedan acceder libremente a todos estos servicios.

Como somos conscientes de que en estos momentos de reclusión y estado de alarma cuesta salir para comprar, trasladar y donar vuestras aportaciones de alimentos no perecederos y productos de higiene (personal y del hogar), la Despensa Solidaria de Alimentos de Carabanchel inaugura cuenta corriente.

Si quieres hacer una aportación económica a la Despensa, puedes hacer un ingreso en ES25 3025 0006 2814 3328 2654 a nombre de “Carabanchel Taller Abierto”, concepto “Despensa solidaria”.

La Despensa Solidaria de Alimentos es un proyecto que nació dentro de la Red de Derechos Sociales (RDS) de la Asamblea Popular de Carabanchel (APC) y que funciona dentro del espacio social, liberado y autogestionado EKO. Su intención es crear redes de apoyo mutuo en el barrio entre las personas que necesitan alimentos y los comercios y colectivos sociales que los pueden aportar.

Para contactar con la Despensa Solidaria de Carabanchel DespensaSolidariaCarabanchel@gmail.com

Puro amor, lo de lxs trabajadorxs del Metro

Donación a la Despensa Solidaria de trabajadoxs del Metro de Madrid

– 83 litros de aceite
– 83 paque-tes de galletas
– 166 litros de leche
– 166 kilos de legumbres
– 166 kilos de pasta…

Todo esto han donado lxs trabajadorxs de Metro de Madrid, que hace unos días emprendieron la campaña de #LaBolsaMetrera #JuntosSumamos para conseguir fondos y comprar con ellos alimentos básicos para diversas despensas solidarias de Madrid.

Una de ellas ha sido la Despensa Solidaria de Carabanchel. ENORMES GRACIAS por este apoyo mutuo, porque sabemos que ellxs también están necesitadxs de nuestro compromiso con sus derechos laborales. GRACIAS en nombre de las cincuenta familias del barrio que recibirán estas donaciones.

‘Si nosotras estamos en cuarentena, que lo esté el pago del alquiler’: llamamiento a extender la huelga de alquileres

Más de 160 familias de Carabanchel se han sumado a la huelga de alquileres.

Ante la crisis del covid-19, el alquiler se ha convertido en un problema para muchas familias, autónomos y pequeñas empresas. Cada vez son más quienes han visto reducidos sus ingresos, quienes han tenido que echar la persiana a su negocio o quienes afrontan un alquiler desproporcionado tras sufrir un ERTE.

Desde que el pasado 1 de abril se convocase una huelga general de alquileres en el conjunto del Estado, más de 16.000 familias se han declarado en huelga, negándose a pagar el alquiler a sus caseros. Con ello, se suman a una campaña en la que participan más de 200 organizaciones y colectivos para exigir al gobierno, de esta manera, que suspenda el pago de los alquileres mientras dure la situación de emergencia.

En el distrito de Carabanchel, hasta 160 hogares se han sumado a la huelga formando el Comité de Huelga de Carabanchel. Entre esos hogares, figuran familias que viven en propiedades de Blackstone o fondos de otro tipo como RKS. De esta forma, se han puesto y se irán poniendo en contacto con sus caseros para comunicarles que no procederán al abono de las rentas correspondientes a los meses de abril y sucesivos, buscando alcanzar una solución negociada que les permita pagar un precio justo, esto es, una renta acorde a la nueva situación provocada por la crisis del covid-19.

Desde el Comité de Huelga de Carabanchel hemos puesto al servicio de quienes viven de alquiler en el barrio un fondo común para hacer frente a los posibles costes judiciales de procedimientos ulteriores, un observatorio vecinal para hacer un mapeo de la estructura de propiedad en el distrito y una serie de materiales que se pueden descargar en la página web habilitada para ello.

Con ello, las vecinas y vecinos de Carabanchel lanzamos un claro mensaje: si nosotras estamos en cuarentena, que lo esté el pago del alquiler.

¡¡Vecina, vecino: únete a la huelga!!

Si quieres contactar con el Comité de Huelga de Carabanchel:

  • comitehuelga.carabanchel@gmail.com
  • 633 559 496 (Daniel)

‘Desconfinando la lucha’, muestra de relatos cortos

Queríamos, estos días, poder estar de nuevo en las calles y en las plazas, volver a poner nuestros cuerpos en el espacio público, reapropiarnos de todos esos lugares que tanto añoramos. Porque ese es nuestro entorno natural y el de nuestra lucha. De momento no es posible, pero sí que tenemos la posibilidad de alzar nuestras voces y proclamas de diversas formas. Os proponemos hacerlo a través de la escritura en la muestra de ‘Desconfinando la lucha’, organizada por el grupo de AutoDEfensa LAboral (ADELA) de la Asamblea Popular de Carabanchel del 15M.

«Se trata de que escribas sobre tus experiencias o las de otras personas, que reflejen la importancia de la lucha obrera«

¿De qué va? Se trata de que escribas sobre tus experiencias o las de otras personas, que reflejen la importancia de la lucha obrera. También pueden ser historias inventadas. En definitiva queremos llenar estos días de alargamiento del confinamiento de relatos que trasladen esperanza, fuerza, rebeldía y fomenten los valores de apoyo mutuo y solidaridad de clase.
Las obras deben estar compuestas de:    

  •     Título.
  •     Una extensión de no más de 700 palabras.
  •     Nombre real o ficticio de la persona autora.
  •     Y sería genial que nadie usase Comic Sans como tipo de letra.

¿Cómo las hago llegar? Puedes hacerlas llegar al correo grupoadelacarabanchel@gmail.com hasta el 29 de mayo. 
¿Qué haremos con ellas? Nuestra idea es publicarlos según vayan llegando en nuestra página web www.asambleadecarabanchel.org y en nuestras redes sociales (Twitter: https://twitter.com/asamcarabanchel Facebook: https://www.facebook.com/asamblea.carabanchel/) hasta tener una recopilación de todos los relatos.

Si no tienes inconveniente, déjanos también tu nombre de usuario en ambas redes para poder mencionarte cuando lo publiquemos. 
¿Y qué maś?Además, sortearemos entre las personas participantes en la muestra una de las camisetas de ADELA, que ponen la resistencia de moda y te dan fuerzas para rebelarte contra la explotación laboral. Esto lo anunciaremos la primera semana del mes de junio.

Se trata de que escribas sobre tus experiencias o las de otras personas, que reflejen la importancia de la lucha obrera